No sé si solo es achacable a la crisis o también a la dichosa globalización, pero, parece inevitable que nuestros hijos tendrán que pasar gran parte de sus vidas lejos de su lugar de origen.
Sin duda, esto les va a reportar experiencias enriquecedoras y esa valoración social tan demandada por las empresas de hoy. Pero, a cambio, se verán obligados a mantenerse alejados de sus familias y sus amigos.
Hay personas a las que esta situación no les supone ningún problema. Son gente sin apego a los suyos o a su tierra. Pero una gran mayoría deberá sacrificar sus raíces para lograr su realización profesional. Quizás haya quien vea algo de catastrofismo injustificado en estas palabras. Pero lo que sí me parece claro es que las estructuras afectivas de muchos españoles van a tener que cambiar completamente en los próximos años.
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Somos muchos los que nos hemos tenido que ir de nuestra tierra para poder avanzar. La gran mayoría solo volverá en vacaciones, pero unos pocos volverán con ideas renovadas y echarán raíces de nuevo en casa. La llamada "fuga de cerebros" no es para siempre. Es una época mala pero, salvando las distancias, no puedo evitar pensar en los indianos y en las casonas que se hicieron al volver jejejeje!
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